martes, 15 de mayo de 2012

"American Pie: El reencuentro": El mismo perro con ¿distinto collar?

Muchas eran las expectativas puestas en este regreso a la saga original (después de la cachondísima tercera parte la saga continuaría por otros derroteros con distinto reparto, responsables, calidad y para el mercado de vídeo y DVD) al que los fans de ese clásico de la comedia guarra, estúpida y comercial estadounidense esperábamos con ganas para volver a pasar un rato de evasión lleno de marranadas y un poco de sentimentalismo adolescente junto a Jim, Finch, Oz, Kevin, Michelle y el bueno de Stifler

Cuando uno se dispone a ver una entrega de la saga "American Pie" no espera encontrarse ante una gran reflexión (aunque la primera entrega, tras su apariencia de película tonta y con sus más y sus menos, me sigue pareciendo un bonito fresco sobre la adolescencia y la pérdida de la virginidad), pero tras nueve años después del mejor cierre posible con "American Pie ¡Menuda boda!", uno se esperaba algo más de lo que "American Pie: El reencuentro" finalmente nos da. En la peli hay momentos cachondos y un montón de cochinaditas sexuales, también hay ese toque de azúcar, de afianzamiento de los valores tradicionales (sin que esto impida echar una canita al aire de vez en cuando) y de nostalgia que cabía esperar, pero el problema (a mi juicio) radica en que se sigue dando vueltas sobre la misma idea. Sus personajes son más mayores, tienen curro y, algunos, hasta han formado una familia, pero más allá de eso (que se queda en un tema de simple apariencia) sus personalidades siguen siendo las mismas. Esa no evolución de la mente de los personajes no es que sea un problema en particular (de hecho el problema hubiese sido, por ejemplo, encontrarnos con un Stifler que hubiese sentado la cabeza), el problema es que el ciclo quedó muy bien cerrado con la, anteriormente citada, tercera entrega (en la que asistimos al enlace matrimonial entre Jim y Michelle) y ahora se vuelve a abrir pero sin aportar nada en especial. Básicamente la baza principal del film recae en que los protas vuelven a su punto de encuentro de 1999 y, más o menos, reviven sus aventuras de entonces en el instituto solo que ahora teniendo una cuenta en facebook, sin embargo ya no está presente esa frescura de entonces y el artefacto funciona como un capricho eficiente para hacer taquilla pero sin saber cuadrar bien su historia.

Por destacar algo de la película destacaría lo que para mí son sus dos highlights (ATENCIÓN: SPOILERS), dos momentos que sí que pueden tener verdadera relevancia en la saga: Uno es que por primera vez vemos sin ningún tipo de censura los genitales de uno de sus protagonistas(!!). La polla en cuestión es, como no podía ser de otra manera, la de su principal protagonista, Jim (seguro que el debate sobre si es la polla de verdad de Jason Biggs está abierto), que de nuevo vuelve a protagonizar el vergonzoso momento en la cocina. El otro momento es el del descubrimiento de la madre de Finch, a la que da vida nada menos que Rebecca De Mornay(!!), con la que por fin Stifler se toma su venganza después de tanto tiempo soportando las aventuras sexuales entre su progenitora y el listillo del grupo. 

La película es una buena oportunidad para que sus protagonistas vuelvan a estar en la palestra (a excepción de Alyson Hannigan, que no ha dejado de estarlo gracias a sus trabajos en televisión, actualmente con "Cómo conocí a vuestra madre" (por cierto en el film hay un cameo de Neil Patrick Harris), y es la única que aún mantiene una carrera fuerte). Por desgracia para nombres como los de Jason Biggs, Seann William Scott, Tara Reid, Chris Klein o Mena Suvari las cosas no son tan dulces como hace diez años. ¿Veremos en similar situación a los chavales de "Crepúsculo" de aquí a un tiempo? 


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